martes, 22 de noviembre de 2011

Dover antes molaba

Muchos dicen que este grupo ya no existe. Otros sólo lo conocen desde 2006.
El caso es que Dover antes molaba y ahora echa peste. Este fue uno de los grupos que me iniciaron en el rock, con el I was dead for 7 years in the city of angels.
Temazos son:


Y ésta, que "sátánicos" que eran...

Ganaban varios premios y vendían bastante (de hecho ninguno de sus últimos discos ha superado al Late at night o el de I was dead for 7...
Pero pensaron que querían ganar aún más pasta, y en 2006 sacaron un disco que empezaba con esta canción:

Aquí falla algo. ¡Esto no es Dover, es una mierda pinchada en un palo, y que pinchan también en las discotecas!
Aún así como ya he dicho no vendieron más que anteriores discos aunque sí bastante (quizá se hayan visto perjudicados por los pirateos) y ya no sé en conciertos pero antes también petaban.
Pero a parte de venderse, empezaron a insultarse a ellos mismos.
Esta canción es DJ, uno de sus temas con más caña:

Que transformaron en esto:

Sí, se han versionado a sí mismos, haciendo una canción que ni desde el punto de vista discotequero mola (vale, no me gustan, pero Let me out y Do ya se camuflan bastante bien en las pistas de baile).
Y no termina ahí el mancillamiento.
King George, quizá la mejor canción del I was dead for 7 years...

Qué rebeldes que son, "olvida tus costumbres amaneradas y haz lo que te dé gana". Pues mirad lo que hicieron con ella:
http://grooveshark.com/#/s/King+George+07/2D0Dvy?src=5
Y Serenade:

La nueva versión con los viejos no podría ser más inquietante.

Y por si no fuera suficiente, después del disco más electrónico sacan esto:

Este último disco ha sido un fracaso y espero que sigan fracasando. Aún así, aunque vuelvan al rock, yo creo que los fans seguirán odiándolos.
Para terminar, uno de los temazos de cuando molaban:

Efectivamente, murieron por el rock & roll, ya no existen.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Mi cartera es tan ancha como la feria

Estando en crisis (si no utilizaba la palabra crisis el texto no tendría tanto impacto) se supone que es normal que los precios hayan aumentado. Pero desde la perspectiva de un hombre más pudiente y consumista no importa gastar mientras no se considere el producto como un abuso. Porque hay abusos en la feria. Antes de la marcha de la peseta los pinchitos valían 20 duros, o eso alcanza a recordar mi memoria de tiempos infantiles. Pero tras documentarme con los precios de venta al público de un kilo de pinchitos (4,5€) de un diplomado en el tema (por supuesto hablamos del Yairon), el hecho de pagar 1,5€ por un pincho me parece un timo moruno. Por lo de pinchitos morunos, eh, no me tildéis ahora de racista. Surgen ofertas emperchantes en las que se ofrece pincho más bebida por 2€, cosa que desde luego sí sale a cuenta. Y como anécdota rápida, deciros que al Paco el Litros le han dado la fanta de limón en lata de 3º mientras que al Yairon se la han dado en botellín de 5º la de naranja. En casos de lobazo leve en el que sólo te apetece un pincho tras un botellón estándar, esta opción quizás no repercuta demasiado en tu economía. Pero en casos de hinchamiento extremo en el que te pidas unos 6 pinchos ¡ya te podrías haber comido 9 en donde valieran 1€! Y tendrán todas las proteínas que quieras, pero por 4,5€ me he hinchao a papa asada. Si alguien conoce una barra de pinchos donde los pongan a € que avise. Muy malos tienen que estar para que no rente respecto a sus parientes de € y medio. Si no que venga el sindicato de expendedores y asadores de pinchos (el SEAP, por supuesto) a ofrecerme argumentos compresibles y convencedores.

En cuanto a las copas realmente no tengo queja. Si la situación te pilla con ansia de beber y no has tenido la previsión de comprarte tus propias copas la opción del cubalitro es bastante recomendable. Ya depende de si te echan un 40% de cubitos de hielo. Porque el botellón se ha puesto chungo. En la zona de botellón habitual de la feria han instalado un cartel en el que figura "Prohibido hacer botellón bajo multa". Esta advertencia fue suficiente para disuadirnos de la intención de beber copas en el lugar. Sin embargo, horas después descubro sorprendido que el lugar está petado, y para más inri, la policía está hablando afablemente con algunos botelloneros. Me han contado que sí que han puesto varias multas, pero, ¿en serio? ¡Esto es un pitorreo! Por lo que sé la zona está cortada al tráfico excepto para vecinos, que por cierto no deben de recibir muchas molestias por parte de los practicantes del copeteo interurbano comparado con el porculo del la verbena de la caseta municipal. Y peste a meao haberla hayla, pero los meódromos más cercanos no es que se encuentren muy lejos. Vamos, que realmente no veo inconveniente en el hecho de hacer botellón en la zona, que aunque pese a políticos y pedagogos, es algo inevitable en la juventud. Y se me ocurre un "vacío legal", que consiste en pillar vasos de litro de la coca-cola y llenarlos de tu bebida habitual. Basándome en el hecho de que los cubalitros que sirven en las casetas en principio si es legal bebértelos por medio de la feria. No es la idea del siglo pero puede librarte de varios coñazos. Aparte, la instalación de un par de contenedores supondría una ventaja a la hora de limpiar, y ya se sabe, la mierda arrejuntá se recoge antes que la mierda dispersa. Que siempre hay subnormales que dejan su mierda, pero aún quedan jóvenes con conciencia que tiran sus restos. Y que pollas ¡aún con el contenedor a menos de 2 metros siguen dejando las botellas vacías en el suelo! Con razón han prohibido el botellón, pero esto es tema para otro artículo que tengo bastantes ganas de escribir.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La feria de Baza. ¡Tantatachan!

Todas las ferias me gusta escribir un artículo para el blog, y como los escritos en plan "la feria echa peste porque me clavan; este es el diario de lo que he hecho en la feria" ya están muy vistos os vengo a entretener con una entrada diferente.

Contemos con que tenemos varios billetes en la cartera y nos encaramos a la feria de Baza, siendo bastetanos. Porque si yo fuera accitano, canilero, zujareño, etc. ni me plantearía mi asistencia a las fiestas regionales, menos aún si mis cuentas feriantes ascienden a menos de 20 pavos. Porque esto es así, para mi gusto, la feria de Caniles, Guadix, Zújar, Cúllar, echan peste, del mismo modo que si fuera accitano echaría peste la de Baza, que es días después. Pero como me pilla a menos de 100 metros, no me queda otra que animarme y unirme al ambiente fiestero. Así, con mucho ánimo e interés nos enfrentamos a una feria de 10 días, de las más largas de España, ilusión que se pierde días después. Porque, hay que admitirlo, son fechas chungas. Jóvenes rezagados plantan cara a los exámenes de septiembre y sólo los más rebeldes salen indemnes de ella. Pero contando conque eres una brillante persona o que te han dado las vacaciones ahora ya que eres albañil, nos predisponemos a disfrutar de la feria.

Cosas que me han llamado la atención:
Para variar, la alternativa musical sigue siendo una mierda. Vayas a cualesquiera de las 3 discotecas disponibles, la variedad musical va a ser la misma. Con un hilo musical en el que en menos de 15 minutos han puesto 3 veces la canción "Volare" no puedes tener muchas expectativas. Y vale, puedes decir, "es que tú eres un jevi de mierda y no te gustan esos ambientes". Te diré, en unas condiciones de soplapollez extrema, o ciego brutal en su defecto, (el caso es llevar la cara de Yao Ming por bandera), lo importante es pasártelo bien aún con circunstancias adversas. Circunstancias dadas por una banda sonora repetitiva acompañada de gente saimon que te mira raro porque hagas algo fuera de lo habitual. Como desfasarte durante 30 segundos por un tema que presenta una miaja de ritmo. Y es que no me jodas, si vas a una discoteca vas a bailar, no a quedarte con cara de subnormal. Pero como lamentablemente estos locales son el lugar habitual de ligue, no nos queda otra que adaptarnos. "¡Matao!" se oye por ahí. Yo seguiré yendo por asesinas que sean las miradas de los alrededores. Porque no pasa nada, mis queridos seguidores del metal y/o buena música, porque el año que viene se presenta una posibilidad del 80% de esa caseta que anuncié, esa discoteca alternativa para dar a los hijos del rock su merecido hueco en la feria. "Reche, eso mismo dijiste el año pasado". Sí, eso acabo de decir, pero esta vez es diferente porque, aparte del apoyo de la plebe, tengo a mi disposición contacto directo con gente que puede menear hilos para tal importante local alternativo. Me dice el coordinador juvenil municipal que el único impedimento es la escasez de asistentes. Así que, inconformistas feriantes bastetanos, espero recibir vuestro apoyo en forma de presencia en este ambicioso proyecto que poco a poco va tomando forma. Una idea que presenta varias sugerencias por parte de varias personas. Adelante, que el pueblo hable demostrando que SÍ es posible un cambio (que en realidad sólo sería un añadido ya que las clásicas discotecas seguirían coexistiendo) y ojalá logremos conseguir este pequeño rincón. Yo haré cuanto esté en mi mano.

Como ya he escrito bastante, esperad mañana una entrada más sobre la feria, tomando clásicos temas como los timos de los pinchitos o los cubalitros con siete hielos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Por qué odio los autobuses

Irremediablemente va pasando el tiempo y llega un momento en el que tengo que volver a mi pueblo a aprovisionarme de tapers. Dicho rito de supervivencia requiere transportarme hasta Baza, y como Goku aún no ha desvelado la receta secreta del teletransporte no me queda más remedio que emperchar a amigos con coche, y en caso de agotar la vía gorrona, pillar el supuestamente ecológico transporte público. Porque para mi bolsillo y paciencia no lo es.

Quizá la única ventaja de vivir cerca de la estación de autobuses de Granada, además del abaratamiento del alquiler del piso, es el ahorro en tiempo para pillar el bus. Como no es mi caso, me tengo que joder y acercarme a la parada más cercana del 10 y esperar. Este último viernes se retrasó más de la cuenta y tuve que pillar un bus alternativo que me dejaba a 5 minutos de la estación. Mirando de cuando en cuando el reloj, confiando en que me daría tiempo, pasaba el rato impacientemente maldiciendo los semáforos en rojo. Por supuesto no llegué a tiempo y el próximo bus para mi pueblo salía 2 horas después. Para colmo se me había roto una rueda de la maleta. Luego por fin entro en el autobús y no quedan asientos dobles libres. Me explico, son 2 plazas, pues como mínimo una de las dos está ocupada. Toda la gente te mira agresiva como pensando "aquí no te sientes", por lo que uno evalúa quien es el más manso de los viajeros y no queda otra que sentarte al lado de un desconocido, con el riesgo de que se quede dormido y decida apoyarse en tu hombro, provocando una antierótica escena. Porque las solitarias tías buenas te mirarán con un denotado desprecio, no hay más remedio que elegir un sitio tranquilo en el que poder echar una siesta. Si te gusta sentarte en ventana ve descartando la idea. El viaje continúa normal hasta llegar a Purullena, ya que para variar este bus no es directo. Todo el viaje hasta este pueblo para que se baje una sola persona. Sí, tiene el derecho a viajar, pero yo también tengo el derecho para cagarme en dios. Luego en Guadix para en 2 sitios, uno de ellos la estación, que no tenían otro sitio en donde ponerla más que en lo más profundo de la ciudad. Y todo esto si tienes la potra de que no se pare en infinitos pueblos perdidos en la mano de dios. Con suerte, tras poco menos de 2 horas llegaría a mi destino.

Pero esto es lo que ocurre los días que tengo suerte. Un día intenté pillar el bus de las 15:30, forcé la pérdida de mi última hora de clase, ni comí, follao con el equipaje, el urbano petado para variar los viernes, una cola de taquilla no menos concurrida y la noticia de unos conocidos míos que estaban bastante por delante en la cola de que ya no quedaban tíckets. Efectivamente, esperar hasta las 5. Paciencia para luego descubrir que hay 2 autobuses a esta hora y comprobar que el directo se ha llenado mientras estaba en el váter. O sea que me tocó pillar uno indirecto, de los pueblos infinitos. Todo aceptable hasta que en Guadix el autobús choca con la puerta de un coche que estaba abierta. No la arrancó, sólo le hizo un poco de bollo, pero el incauto chófer del coche (y subnormal también, por que no obviarlo) mantuvo una acalorada discusión con el autobusista que se alargó media hora entorpeciendo el tráfico y otra media hora con los civiles en un sitio más apartado. Mientras esperábamos ahí vimos pasar el bus de las 18:00 a Baza. El odio de los pasajeros era compartido, así que aproveché para lanzar mis maldiciones acompañando a los fumadores que se encendían enmonados sus pitillos para calmar el estrés de la tarde. Tras 3 horas y media de viaje, por fin llegué a mi pueblo.

Y otra anécdota de la que voy a contar menos detalles fue una vez en la que el autobús me tardó 5 putas horas en llegar a Granada, por culpa de la nieve. Con todas estas experiencias y la típica sensación de notar que has perdido toda la tarde del viernes y del domingo alimentan mi odio hacia el transporte público, más concretamente de los autobuses.

jueves, 24 de febrero de 2011

Crónicas de la infancia: palodú

Estoy totalmente seguro de que todos en nuestra infancia hemos consumido estas raíces con sabor semejante al regaliz. Para consumirlo se pelaba con una navaja o incluso con los dientes para dejar al desnudo el aromatizante cuerpo del palo, para posteriormente colocarlo en la boca cual cigarrillo o espiga de trigo. Se recolectaban en los ríos durante el otoño.

La imagen de un chaval de 10 años alcanzando sus más altas cotas de dureza chupando el palodú mientras observa la situación en el patio del colegio, con los brazos cruzados, apoyado contra una pared y frunciendo el entrecejo cual vaquero malote del oeste, llena mi mente de recuerdos. Era una garguería más asequible que los bollicaos o las bolsas de chetos, y más duraderos. Los más avispados traficaban en la escuela llevando grandes bolsas con estos palitos, aspirantes a camellos de barrio. El estatus social se incrementaba cuanto más largo fuera tu palodú, o mayor cantidad de ellos tuvieras en la boca. Los más orgullosos exhibían su colección de palodús ordenados por longitud, grosor y calidad, pensando en el homenaje que se iban a pegar esa tarde tras la merienda mientras veían los dibujos animados. Dulces naturales. Como decía mi abuelo, "en tus tiempos me iba a robar cerezas por ahí y me pegaba unos atracones que me ponía malo de cagalera". Los críos de ahora no consumen más que bollería industrial adornada con dibujitos de Bob Esponja. Estaría bien combinar la degustación de un palodú con una shisha de regaliz simultaneada con un caramelo aromático de eucalipto. En fin, buenos tiempos que nunca volverán...

domingo, 20 de febrero de 2011

Los coches y yo

Uno de los hobbys tópicos de los hombres, a parte del fútbol, son los coches. Desde pequeños ya nos incitan a ello regalándonos coches de juguetes, homónimo masculino del coche de la barbie. Desde mi más joven infancia hasta los 18 no he tenido mayores contactos con los vehículos salvo por los videojuegos de coches, a los que por cierto me enganché bastante en la época en que me estaba sacando el carné. En esos momentos crías un ansia de conducir que se puede desahogar perfectamente mediante vicio, preferiblemente si son arcades para hacer mierda el coche sin mayor problema. Y es que durante las clases prácticas te ves vetado de costumbres que una vez carné en bolsillo vuelven a instaurarse: convertir los stops en ceda el paso, coger el volante como te salga de los cojones, no poner intermitentes en las rotondas (esto en realidad lo detesto, yo soy muy correcto en este aspecto), superar los límites de velocidad si es que eres un rebelde, echar por el carril que quieras de las rotondas (el echar siempre por el carril derecho en las mini rotondas de Baza no tiene sentido), etc.

Y yo sé sólo eso: conducir. Cuando recibo galleguescas charlas sobre las bondades del último motor fabricado por Mitsubishi para Hyundai (estos no son como los de Kellogs, que no fabrican para otras marcas) no puedo más que poner cara de póker y asentir de vez en cuando. Yendo con unos amigos y te encuentras algún cochazo deportivo y empiezan a hablar en un lenguaje ininteligible a lo que yo sólo puedo agregar: "Sí, está guapo este..." y tengo que ir a la parte de atrás del vehículo para comprobar el nombre y terminar la frase. O cuando alguien te enseña su última adquisición del mundo del motor, sólo se me ocurre pegarle una patadilla a una rueda, como evaluando que realmente es un coche bueno por no desmoronarse tras recibir el puntapié. Luego pregunto "¿qué es, diesel o gasolina? ... Ah, pues gastará poco." Y es que las únicas prestaciones que sé evaluar de un coche es lo que gaste y la respuesta que tenga el acelerador. Que le pises y no te deje tirado intentando adelantar a otro coche.

Algún día me compraré un coche y tendré que pedirle ayuda al inestimable Gallego, como acuden a mi algunos al adquirir algún equipo informático.

domingo, 13 de febrero de 2011

Actualización de febrero de 2011

Tras 2 meses creando expectativas en los fans de mi web (4 gatos), por fin llega la actualización, con más contenido del que esperaba (que no quiere decir que sea mucho, simplemente encontré unas fotos perdidas en mi cámara de fotos). La dirección es la de costumbre, www.viciosetilicos.tk .
Hay palabras en el diccionario, fotos de los últimos 5 meses, un cara a cara y un análisis de cervezas del Paco.
Tal y como están las cosas, esperad la próxima para verano. O más adelante.

domingo, 2 de enero de 2011

Pecados del aceitunero

  • Lujuria: Usar tu vara para meterla por el agujero de algún tronco.
  • Gula: Ir a echarle un vistazo a la cesta de la merienda cuando vas a echar sacos de aceituna al remolque.
  • Avaricia: Meterte en el remolque y lanzar aceitunas al aire diciendo "Soy ricooooo".
  • Pereza: Tumbarte en un fardo cuando los demás lo están moviendo.
  • Ira: Pensar que un olivo es una persona que odias y avarear con furia partiendo ramas más que hacer caer aceitunas.
  • Envidia: La vara de tu compañero es más larga.
  • Soberbia: Usar una vara mecánica. (Mi padre se compró una hace 2 años y no veáis lo duro que se le ve con ella. Que el primer día cuando la estrenó le digo "El orgullo del aceitunero" y me pongo a reír yo solo).

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