miércoles, 2 de marzo de 2011

Por qué odio los autobuses

Irremediablemente va pasando el tiempo y llega un momento en el que tengo que volver a mi pueblo a aprovisionarme de tapers. Dicho rito de supervivencia requiere transportarme hasta Baza, y como Goku aún no ha desvelado la receta secreta del teletransporte no me queda más remedio que emperchar a amigos con coche, y en caso de agotar la vía gorrona, pillar el supuestamente ecológico transporte público. Porque para mi bolsillo y paciencia no lo es.

Quizá la única ventaja de vivir cerca de la estación de autobuses de Granada, además del abaratamiento del alquiler del piso, es el ahorro en tiempo para pillar el bus. Como no es mi caso, me tengo que joder y acercarme a la parada más cercana del 10 y esperar. Este último viernes se retrasó más de la cuenta y tuve que pillar un bus alternativo que me dejaba a 5 minutos de la estación. Mirando de cuando en cuando el reloj, confiando en que me daría tiempo, pasaba el rato impacientemente maldiciendo los semáforos en rojo. Por supuesto no llegué a tiempo y el próximo bus para mi pueblo salía 2 horas después. Para colmo se me había roto una rueda de la maleta. Luego por fin entro en el autobús y no quedan asientos dobles libres. Me explico, son 2 plazas, pues como mínimo una de las dos está ocupada. Toda la gente te mira agresiva como pensando "aquí no te sientes", por lo que uno evalúa quien es el más manso de los viajeros y no queda otra que sentarte al lado de un desconocido, con el riesgo de que se quede dormido y decida apoyarse en tu hombro, provocando una antierótica escena. Porque las solitarias tías buenas te mirarán con un denotado desprecio, no hay más remedio que elegir un sitio tranquilo en el que poder echar una siesta. Si te gusta sentarte en ventana ve descartando la idea. El viaje continúa normal hasta llegar a Purullena, ya que para variar este bus no es directo. Todo el viaje hasta este pueblo para que se baje una sola persona. Sí, tiene el derecho a viajar, pero yo también tengo el derecho para cagarme en dios. Luego en Guadix para en 2 sitios, uno de ellos la estación, que no tenían otro sitio en donde ponerla más que en lo más profundo de la ciudad. Y todo esto si tienes la potra de que no se pare en infinitos pueblos perdidos en la mano de dios. Con suerte, tras poco menos de 2 horas llegaría a mi destino.

Pero esto es lo que ocurre los días que tengo suerte. Un día intenté pillar el bus de las 15:30, forcé la pérdida de mi última hora de clase, ni comí, follao con el equipaje, el urbano petado para variar los viernes, una cola de taquilla no menos concurrida y la noticia de unos conocidos míos que estaban bastante por delante en la cola de que ya no quedaban tíckets. Efectivamente, esperar hasta las 5. Paciencia para luego descubrir que hay 2 autobuses a esta hora y comprobar que el directo se ha llenado mientras estaba en el váter. O sea que me tocó pillar uno indirecto, de los pueblos infinitos. Todo aceptable hasta que en Guadix el autobús choca con la puerta de un coche que estaba abierta. No la arrancó, sólo le hizo un poco de bollo, pero el incauto chófer del coche (y subnormal también, por que no obviarlo) mantuvo una acalorada discusión con el autobusista que se alargó media hora entorpeciendo el tráfico y otra media hora con los civiles en un sitio más apartado. Mientras esperábamos ahí vimos pasar el bus de las 18:00 a Baza. El odio de los pasajeros era compartido, así que aproveché para lanzar mis maldiciones acompañando a los fumadores que se encendían enmonados sus pitillos para calmar el estrés de la tarde. Tras 3 horas y media de viaje, por fin llegué a mi pueblo.

Y otra anécdota de la que voy a contar menos detalles fue una vez en la que el autobús me tardó 5 putas horas en llegar a Granada, por culpa de la nieve. Con todas estas experiencias y la típica sensación de notar que has perdido toda la tarde del viernes y del domingo alimentan mi odio hacia el transporte público, más concretamente de los autobuses.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jei, que el autobús es semipúblico, más privado que público tío!!!.

Pa 2 veces que tengas que ir en autobús no te va a pasar na tio.