sábado, 7 de agosto de 2010

Meta Orca 2010

No se trata de la orca definitiva ni de un nuevo personaje del Smash Bros., sino de la forma en que se lee el logo del Metal Lorca si ignoras las 2 eles en forma de guadaña. Es el nombre que toma este festival de metal heredero del Lorca Rock, que fue cancelado por el PP del ayuntamiento de la ciudad.

Este ha sido mi primer festival serio. El antiguo Bastirock no cuenta. Lo primero que piensa uno al asistir a los conciertos es lo duro que resulta ser heavy. Una chicharrina en plena hora de la siesta asistiendo a algún concierto con el sol pegando en tu negra camiseta de Cannibal Corpse o Napalm Death. Por eso los más inteligentes optan por quedarse al cobijo de la sombra del tenderete de la barra con los aspersores de agua a plena potencia.
De los más de 10 grupos que tocaron no había escuchado a ninguno antes. "Tío ¿no has escuchado nunca a Avulsed? No mereces respirar el mismo aire que su guitarrista". La verdad es que hace bastante ilusión cuando vas a ver a algún grupo que conoces, pero no hay que ser tan exagerado como para esperar a sus componentes en la puerta del backstage como si de unas grupis con ganas de echar un carrasqueño se tratasen. Pero el ambiente está bastante bien, ahí ves a gente más jevi que una lluvia de hachas o beber aguardiente en las vías del tren a las tres de la tarde en verano con la chupa puesta. Al contrario que en cualquier evento al estilo "Concentración tunning" o el "Creamfields" los seguratas se aburren bastante pues no tienen que dispersar ninguna pelea. En mis consabidas predicaciones contra los calorros siempre alego que son más dados a la violencia que cualquier otra tribu urbana. Pero eso no quita que se sucedan los mosh pit, esa forma de "bailar" típica de punkarras y metaleros consistente en darse empujones y codazos de forma irracional al ritmo de la música, clavando las pulseras de pinchos y las botas militares en tu carne, tal y como dice la canción que está sonando. "Exorcismo vaginal", "Penectomía", "Rompiendo himenes", son títulos reales de canciones. Sé que todo suena bastante oscuro y siniestro, y yo, todavía iniciándome en esto del death metal, todavía tengo una opinión distante del código de conducta de los metaleros extremos. "Música de griteríos" que dice mi madre, a virginales oídos puede parecerlo, y no todo el mundo se acostumbra a los guturales. Y es que hay que prestar más atención a los instrumentos. Aún así me sigo quedando con géneros musicales más melódicos.

Otro detalle de un festival es el campamento a la hora de dormir. Provistos tan sólo con unas cuantas "qüechuas", y algún saco de dormir, conciliar el sueño en el duro cemento añadiendo además a heavys eufóricos cantando a viva voz puede resultar una tarea ardua, aún considerando que te sientes echo mierda tras permanecer varias horas de pie. Incluso yo me ingenié una almohada con una caja de plástico y mi mochila casi vacía como materiales. Hemos tomado nota para el año que viene: colchones inflables y tapones para los oídos. De todas maneras es bien sabido que en un festival uno no va a dormir. Yo por lo menos no puedo aguantar 2 días seguidos sin pegar ojo.
Atractivas blackmetaleras enseñando cacho tras sus medias de rejilla o salchichones tenebrosos es lo que uno se encuentra en el panorama femenino, siendo las primeras acompañadas por su maromo con cara de echo mierda con el pelo largo hasta el culo. Lo dice el Secretario y lo corroboro: esos ambientes no son los más aptos para aquellos muchachos en misión de búsqueda y captura.

Sin embargo, creo que el año que viene voy a repetir.