domingo, 16 de septiembre de 2007

La feria: conclusiones finales

Ayer a las 6 de la mañana, con un cieguecillo apañao vi al David de El Ejido y me dijo que nos piráramos corriendo. Salió follao y yo lo seguí corriendo también, gritando: "A tomar por culo la feria, ya se acabaron los clavadones". Yo huía de la feria y el huía de otra cosa, pero eso ya es otra historia.

Lo que hacíamos en un día normal de feria se resume rápidamente: quedamos en el puente a las 11 y hasta por lo menos las 12 no nos meneamos de allí esperando a la gente, y todo para que luego nos separemos en mini-grupos y la espera para reunirnos todos no sirva de nada. Luego damos vueltas, alguien vacía su cartera en algún elemento ferial, y seguimos dando vueltas, ya que eso es lo único gratis que hay en la feria, aparte de agua y entrar a las discotecas (por esto último deberían pagar...). Decía el Pinteño que ya faltaba que cobraran al entrar a la feria y te pusieran un podómetro y por cada paso un céntimo a la factura. Un par de noches fuimos a mi campo, pero no resultaron ser veladas muy espectaculares, aunque se agradecía en contraste con la monotonía de la feria. Otro día fue el concierto de Mago de Oz, que podía haber sido un poco más largo pero estubo bien.

Los pocos votos en la encuesta que puse sobre la feria dejan claro que la gente opina que la feria es un gastaero de dinero o que no hay un sitio específico para nosotros la Familia (los calorros tienen su Dolce Vita, los pijos su Regaera y nosotros nuestro querido puente). Sobre la Dolce Vita esa, me interesa contar una cosa. Iba paseando con las tías estas de Benamaurel por fuera de las discotecas y empieza a sonar la fiesta pagana en la discoteca. Intento entrar y el segurata me empuja hacia atrás. Le enseño el carné alegando que tengo 20 años e insiste en que no puedo pasar. Hay que joderse, para una puta canción que escucho en la feria que me gusta y no me dejan pasar porque llevo una camiseta negra de un grupo de música no discotequera (y Mago de Oz se supone que lo escuchan los "heavys"). Pero sin embargo no pudo impedir que la bailara fuera, haciéndo los cuernos a 2 metros de la cara del tío de seguridad, que empezaba a mirarme molesto. Luego están las consecuencias feriales en los alrededores. Los vecinos han puesto varias protestas por los ruidos (no es para menos teniendo una discoteca calorra al lado de casa, y los altavoces hasta hacen daño en el oído cuando pasabas al lado de ellos) y creo que el año que viene van a poner la feria en otro lado. Y los consecuentes botellones también dan sus problemas. Todos estos días gente iba a beber a las escaleras al lado de mi casa y hubo una noche que hasta rompieron un par de botellas cerca de mi puerta y lo dejan todo lleno de mierda. Está bastante claro que si a la feria no vas ciego o dispuesto a gastar mucho dinero no te lo pasas nada bien. Y ahora vuelta a la monotonía (aunque a mí aún me quedan un par de semanas de vicio intenso).

No hay comentarios: