No han sido pocos los intentos de volver a juntar a todos los antiguos miembros de la Familia, no en una pandilla multitudinaria y uniforme, cosa imposible, sino por lo menos en algún botellón/fiesta/evento especial.
Los más veteranos del grupo recordamos con añoranza y melancolía aquel verano mítico en el que todos los sábados montábamos un botellón en mi campo para, aunque parezca increíble, bajar todos juntos, por opinión unánime, a los corrales. No había increpaciones, nadie estaba peleado con nadie, nadie estaba "casado"... Bueno sí, el Edu fue la excepción, aunque no creo que nadie necesite una aclaración, ni que él quiera oírla.
Y aunque es inevitable que cada uno coja su propio camino, también fue inevitable que surgieran malos rollos entre los miembros de esa impecable Familia. Aunque puedo acogerme a la ley de libertad de expresión, una vez más tendré que autocensurarme para no remover mierda pasada. Pero seguro que a todos nos viene a la cabeza más de un caso de increpaciones serias, muchas veces ocasionadas por una misma persona, foco de peleas a veces estúpidas, y mucho menos teniendo esa víctima objetivo de varios la culpa. Recuerdo con especial asco aquella nochevieja en mi campo en la que dos elementos enfrentados me quisieron hacer tomar la decisión de "O él o yo, pero los dos a la vez de fiesta en el mismo sitio no". Y que se quiera dar por aludido el que quiera.
Pero no todo han sido enfrentamientos y escarceos, el otro motivo (y único ahora que me paro a pensar) de las separaciones ha sido el suplir esa necesidad biológica que los hombres tenemos menos satisfecha: la sexualidad. Está claro que si quieres ligar, aunque suene lamentable, no debes venirte con la Familia de fiesta. Casi todas las muchachas están "casadas" y las solteras se muestran bastante contrarias a la idea de satisfacer nuestros más oscuros deseos. Eso ha hecho que la población que cumple esta fórmula: "ganas de echar un carrasqueño>ganas de echar un rato divertido con la peña" haya emigrado a otros núcleos pandilleros más aptos en cuanto a posibilidad de encontrar hembras de la especie en celo. No todos tienen éxito en su empresa, pero los que lo tienen suelen volver días puntuales al grupo en el que obtuvieron sus ideales para mostrar orgullosos sus logros. Eso no incluye a los miembros actuales casados (dejaré de poner esta palabra entre comillas ya que espero que el lector haya tomado ya la connotación que quiero darle, diferente a la habitual), que alternan entre noches románticas con su pareja y noches alcohólicas con los desemparejados, ya que no tienen una cantera repleta de recursos en otros lugares. Con esto, queridas novias de amigos, no espero increparos ni que penséis que os tenemos odio, ya que aparte de consideraros miembros de honor de la Familia, casi todos aspiramos a esa vida de casados (aunque hay algunos miembros rebeldes).
Sin embargo algunas veces hemos saboreado momentos de reencuentro familiar, uno de ellos reciente, en el que antiguos miembros perdidos han hecho acto de presencia en mi campo, insignia del botellón familiar y orgullo de la resistencia anti-discotecas calorras. Todo esto producto del proyecto "Gente recuperable", cuyos precursores principales son los Antonios ayudados de mi poder de convocatoria (ejem). Este proyecto, aunque tiene nobles objetivos, no puede recuperar definitivamente a la gente desaparecida, aunque por lo menos puede tentarlos con una reunión de antiguos amigos. Otro de los intentos de reunión fue la idea de proyectar aquella cena de fin de curso de 1ºbachiller que grabé con mi antigua cámara y la lectura del diario del viaje de Italia.
Terminando ya mi artículo, invito al lector, que espero sea o haya sido miembro de la Familia, al botellón que se celebrará como no en mi campo el viernes 13 o el sábado 14 de agosto, fecha definitiva que se decidirá según la tasa máxima de asistencia de la gente.
jueves, 29 de julio de 2010
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